Hasta lo que no come le hace daño. Hasta el mejor cazador se le va la liebre. Hay de chilede dulce y de manteca. Hay de dos sopaspero una ya se acabó. Hay que comer para vivir y no vivir para comer. Hay que saber darle tiempo al tiempo. Hay quien mucho cacarea, y no pone nunca un huevo.
Escasamente recibió la carta de Doña Paquita, yo no sé adónde fue, tampoco con quién habló, ni cómo lo dispuso; sólo sé decirte que aquella tarde salimos de Zaragoza. Hemos venido como dos centellas por ese acceso. A caballo otra vez, y dorso a correr y a sudar y a dar chasquidos Mi teniente se ha ido al Colegio Mayor a ver a un amigo, mientras se dispone algo que cenar Esta es la historia. Aventurado a quitar el hipo a cuantos le disputen la posesión de su Currita idolatrada.